Hace mucho pienso en escribirles y nunca encuentro tiempo. Las ideas, anécdotas y los pensamientos se van amontonando en mi cabeza y las ganas de escribir se me acumulan en los dedos. Pero cuando encuentro el tiempo para sentarme, las ideas están tan fusionadas entre sí, que me cuesta mucho volcarlas. Tengo que deshilarlas una por una y lograr orden y sentido en un sinfín de palabras que nacen y no mueren nunca. Me lleva tiempo y esfuerzo. Me cuesta mucho más que antes.
Hoy pensé mil formas de cómo comenzar esta entrada, ya que pasó bastante tiempo y tengo muchas cosas que comentar. Después de darle vueltas y vueltas, decidí que lo mejor va a ser contarles lo que ando viviendo internamente, y luego todo lo que tiene que ver con el mundo externo. Es largo… gracias por leer.
INTERNO
Desde hace meses vengo recibiendo más cumplidos de los que recibí en toda mi vida, todos en ámbitos que jamás pensé que podría desarrollarme correctamente.
Piel, cabello, uñas, desempeño académico, etc.
Me cuesta reconocerme en esos cumplidos. Cuando alguien me dice que tengo la piel “re linda”, digo gracias, pero por dentro solo pienso “pensar que hace no más de 5 o 6 años me encerraba en casa y no quería salir por mis manchas y por el acné”. Si me dicen cosas lindas por las uñas, yo solo pienso en que “si supieran que no podía dejar de comerlas, y que nunca las tuve presentables hasta después de los 22 años”. Y así con todo.
Cuando hablo en el salón, mi voz sale potente y clara, retumba en cada esquina y vuelve hacía mi oído, y yo no puedo evitar preguntarme si esa es realmente mi voz. Toda la vida me pidieron que hable más alto, QUE HABLE, por lo que me resulta muy extraño hablar y que todos me escuchen.
Y es por esos detalles que algo no deja de decirme que estoy usurpando un lugar que no me pertenece. Y es loco, porque siendo que me esforcé mucho por esto, debería considerar que merezco este resultado aún más que quienes lo obtuvieron naturalmente.
No quiero decir que esto me hace sentir mal. Por el contrario, estoy muy feliz. Si ocurren cosas malas, las íntegro y las trabajo. Si se truncan cosas, me muevo a otros caminos. Tengo ideas nuevas todo el tiempo. Pero me pregunto si algún día esta sensación de ser una impostora se va a ir.
Encontré el blog que escribía a los 14 años, y me parece tan ajeno. No hablo de sentir algo alejado, sino totalmente ajeno, y solo sé que no quiero volver a eso. No quiero volver a ser una persona tan triste. Sin ir tan lejos… no sé si recuerdan que hace un par de años estaba muy mal porque mi hermana menor me había dicho que no quería ser como yo. Me había puesto muy angustiada porque estaba esforzándome mucho, y que mi hermana menor vocalice algo así me partió el alma en su momento. Bueno, hace unos meses me preguntó de manera literal “¿cómo puedo hacer para ser como vos?” refiriéndose a la responsabilidad y las ganas de estudiar e intentar todo. Incluso hacemos bromas de que me quiere copiar todo lo que hago/soy. Y más que felicidad, me produjo un profundo impacto como todo cierra por sí solo. Cuando ocurrió lo primero, para mi parecía el fin del mundo, era lo único en lo que podía pensar. Finalmente dejé de pensar en ello y solo me enfoqué en seguir mejorando y en cumplir mis objetivos, y encontrarme con esto fue totalmente inesperado, pero gratificante.
En el ámbito institucional, me va todo bien. La única mala nota que tuve en lo que va del año es un cinco. Y cuando la recibí me reí un poco, porque hace unos cuantos años, un cinco era una nota “alta” para mí. Llegué a un punto donde escucho a diario bromas sobre que “es que Carla es de otro mundo”, “Carla la extraterrestre” “Bueno pero es que es Carla”. Y he descubierto que la gente no tiene memoria… si te esforzas mucho en algo, las personas van a recordar el esfuerzo y no quién eras antes de esforzarte. Muchas de las personas con las que curso me conocieron cuando me iba todo mal y no hacía nada, y es como si esa Carla se hubiese borrado por completo de su cerebro.
También recibo muchos “Tenes que aprender a recibir cumplidos” porque cuando me dicen cosas por el estilo siempre se me salen cosas como “Es que justo me tomó lo que sabía/Es que este tema se me da bien”… es como una respuesta automática porque todavía me cuesta mucho aceptar los comentarios buenos. Mis compañeras se dieron cuenta de esto y comenzaron a cargarme apropósito para recibir mis respuestas automáticas de “bueno ya basta/déjenme ya” jajaja. Pero ya comprendí que eso es parte de mi esencia y hoy en día no sé si quiero cambiarla. Finalmente entendí que no odio todo de mí. Mi introversión, mi timidez, mi constancia… son parte de mi esencia y ya no quiero cambiarlas.
Todo parece fluir y encontrar un rumbo por sí solo. Si algo se desvía, sé que encontrará su camino más adelante.
EXTERNO
Hablando con una amiga, y haciendo chistes sobre nuestra aversión a las cámaras y esas cosas, le dije (como muchas veces hago) “Cuando sea diosa voy a sacarme mil fotos por día hasta hartarles a los que me querían obligar a sacarme fotos hasta el punto en el que todos hablen mal de mí por egocéntrica”. Entonces, saliendo del chiste, me dijo que le daba miedo que esté tan positiva, tan energética respecto a la cirugía. Que temía que tal vez no es lo que estoy esperando y que una vez que me mire al espejo luego de hacérmela, termine decepcionada y triste.
Bueno, necesito aclarar que no es el caso. Yo no estoy esperando la cirugía como un evento milagroso que va cambiar todo. Es terriblemente importante para mí, pero como una prueba de que lo estoy intentando. La cirugía maxilofacial no es el final de nada. Es lo que marca inicio de nuevas cosas. Es más, la cirugía ni siquiera corregiría todos los problemas que tengo, pero es un comienzo. Luego de esta no espero ser “una diosa” (lo cual siempre digo en broma), solo espero ser una persona normal. Eso es todo lo que pido. Poder sentirme normal. Y ni siquiera eso! Porque mi labio superior requiere una cirugía aparte llamada “lip lifting” para arreglar mi sonrisa. Yo no estoy alucinando con arcoíris y rosas luego de la cirugía.
Pero para mí (alguien que nunca pudo sonreír, que se larga a llorar al ver cámaras, que evita espejos, que mira para abajo cuando alguien atractivo le habla) “ser una persona normal” es un objetivo más que respetable.
Pero de entre todas las cirugías que necesito, es la principal y la que daría comienzo a todo ya que cambia la estructura ósea. No es que estoy emocionada por nada. Si yo en un futuro quiero hacerme un lip lifting o una rinoplastia, si o si necesito tener la maxilofacial hecha. Es por eso que es importante, estoy sentando la base para todo.
Y no necesito ser “una diosa”. No niego que siempre me atrajo la idea de ser hermosa, y si pasa sería un condimento que traería mucha alegría a mi vida. Pero “harta de ser fea” no significa que lo único que me interesa es ser físicamente linda. Mi objetivo desde el principio, ha sido sentirme linda. Y sentirme linda equivale para mí a no volver a tener vergüenza de mantenerle la mirada a alguien, no tener ganas de llorar cada vez que me quieren sacar una foto, no sentirme frustrada cuando alguien preguntaba si sé tocar un instrumento o si hablábamos idiomas, etc.
Antes de crear el blog, cuando buscaba incesantemente páginas de internet que me llenen, leí muchos artículos y veía muchos videos de personas que comentaban sobre cómo había que aprender a amarse interna y externamente. Presentaban el cambio como una derrota ante la sociedad. Pero yo no me sentía así. Yo quería cambiar por mí misma, porque quería sentirme bien conmigo misma. Y también me pasaba que la posibilidad de aprender a amarme sin cambiar tampoco me atraía.
Pero hubo algo, un cambio. Antes me miraba al espejo y me veía como un “todo” que solo merecía desprecio y rabia. Hoy en día, cuando me miro al espejo veo “puntos” para trabajar/cambiar… mi pelo, mi nariz, mis labios, etc. Mi odio pasó de ser un todo a unos cuantos puntos localizados. Ya no me odio, porque aprendí a separar y reconocer perfectamente lo que odio de mí.
Pero siguen surgiendo problemas: para empezar, me tengo que sacar 3 muelas del juicio para que los brackets continúen su trabajo lo más eficientemente posible. Y surgió otra cosa: necesito OTRA cirugía para corregir un quiste que tengo en la raíz de un diente. Esto hace que para la cirugía maxilofacial requiera dos cirugías anteriores (por ahora) ¿no les parece injusto? Pero yo estoy tan entusiasmada que me estas cirugías me parecen piedritas en el camino.
El día que me informaron lo de las muelas del juicio ya me puse en trámite para hacerlo, y bueno… ya me sacaron una, y las otras están con fecha para dentro de dos semanas.
Igualmente, quiero comentar un evento que ocurrió en estos días durante una visita a la odontóloga:
Me senté y la odontóloga se sentó al frente mío, estaba con una sonrisa y cierto destello de elocuencia. Sabía que me iba a proponer algo y así fue. Me dijo que había pensado durante mucho tiempo sobre mi caso, y me confirmó mi sospecha: no es un caso normal. Me dijo que en las mordidas clase 3 (como la mía) se formaban debido a un anormal crecimiento de la mandíbula inferior. Y rompiendo esa regla, mi mandíbula inferior tiene un tamaño “normal”.
Entonces, me dijo que luego de pensarlo mucho, se le ocurrió una idea: colocar los brackets de cierta manera para lograr que mis dientes superiores queden en una posición normal sin necesidad de una cirugía. Y ahí me tiró la frase “No vas a necesitar la cirugía, pero tu carita no va a cambiar”. Y mi cara cambió en ese momento. No me interesó en lo absoluto, pero ella estaba tan entusiasmada por la idea que se le ocurrió y lo pensó tanto tiempo, que me sentí mal por decirlo. Comenzó a explicarme las cosas y yo ya no escuchaba nada. Estaba lejos.
Había miles de cosas en mi cabeza, y la voz de la odontóloga sonaba como un murmullo de fondo. Y ambas voces iban en aumento hasta que no escuché más nada y solo dije “No no, la verdad no me interesa, yo quiero la cirugía”.
“Ahh, bueno yo te lo proponía porque mucha gente le tiene miedo a la cirugía, porque es complicada”.
Entonces se realizó la junta con el cirujano de cabecera, y se sentó a ver mis radiografías. Discutía con mi odontóloga sobre cosas con palabras técnicas que me costaba entender, pero lo único que logré comprender es que mi caso es complicado… ¿cómo me di cuenta? Bueno, básicamente el cirujano salió y llamó a otras TRES cirujanas. Él me sostenía la cara y explicaba todo lo que estaba mal mientras otras personas anotaban y miraban. Era como si yo fuese un extraterrestre. Lo peor vino cuando el cirujano le dijo a la odontóloga “¿Pero se puede con ortodoncia?” y ella dijo “Capaz que sí, pero ella quiere que le cambie la cara”. Así, en seco. Sentí un calor enorme en los cachetes, me dio muchísima vergüenza. El cirujano se rió, y me miró y dijo: “Pero a vos no se te nota casi”, entonces me pidió que me saque los anteojos y dijo “Ah, sí se te nota. Se disimula bien con los anteojos”…
Finalmente llegaron al acuerdo de que mi cirugía sería bimaxilar, sea lo que sea que eso signifique. Suena complicado aunque no lo entienda. E investigando comprendí que es una cirugía maxilofacial donde se modifican los huesos de ambos maxilares (normalmente es uno solo).
Y era una situación que normalmente me hubiese hecho trizas, pero fue tan bizarra (en el sentido anglosajón de la palabra *voz de Dross*) que no pude parar de reír cuando salí de ahí. Me sentí liberada porque nadie me juzgó por querer cambiar mi cara, nadie me negó las cosas que yo veía en el espejo, y por sobre todo… supe que el cambio mayor era posible.
Ni bien salí de ahí, me fui a contratar una prepaga para poder confrontar los gastos de la cirugía. Supuestamente dentro de 6 meses podría realizarme la cirugía, pero no es seguro. Lo que es seguro al 100% es que esto va a ocurrir durante el 2019.
Esto tuvo nuevos beneficios: tener prepaga va a permitirme comprarme anteojos más atractivos, ir a la dermatóloga por las zonas manchadas que tengo, al otorrino por la sinusitis que no me permite tomar clases de canto, al flebologo por las arañitas en las piernas, etc.
Por otro lado, quiero comentarles una idea que estoy poniendo en marcha. Como dije anteriormente, aparte de la maxilofacial, quiero una rinoplastia y un liplift… pero esas cosas quedarían para después de la recuperación de la maxilo. La idea para cubrir los gastos de dichas cirugías comenzó cuando mi hermana insistió para que me haga un Instagram. Yo me negaba todo el tiempo. No sé si lo conté acá, creo que sí, pero para mí crearme otra red social solo para subir cosas de series y de gatos sería un fracaso. Actualmente tengo una cuenta en cada red social, y ninguna tiene una foto mía. Pensar en hacerme otra red social solo para repetir ese mismo patrón me dejaba sabor a derrota.
Pero mi hermana me insistió que haga una falsa solo para pasarme memes, y así lo hice, me cree la cuenta. Pero de alguna u otra forma, comencé a hacer crecer seguidores. Es una de las pocas cosas en las que me siento talentosa. No importa la red social que tenga, siempre termino teniendo una cuenta con muchos seguidores. Entonces, en menos de una semana, la cuenta ya tenía mil seguidores. Y comencé a pensar ¿cómo puedo aprovechar esto? Y comencé a averiguar sobre Instagram, y al parecer las cuentas con seguidores se cotizan bien. Y esto me dio otra cosa para trabajar: voy a crear varias cuentas (por lo menos 15 o 20) y hacerlas crecer hasta finales del año que viene, luego venderlas y ver a cuanto llego, todo para seguir juntando plata y pagar el lip lifting y la rinoplastia. Por ahora tengo 5 cuentas creadas y todas están rondando los 4 mil seguidores. Solo invierto el tiempo que tengo libre y estoy ganando aproximadamente de 80 a 100 seguidores diarios.
Antes siempre dejaba todo a la mitad, pero tiempo después pensaba “Dónde estaría en este momento si no hubiese dejado eso a la mitad?”… bueno, lo mismo ocurre con estas cuentas. No puedo dejarlas porque en unos meses, me voy a matar preguntando a cuántos seguidores hubiese llegado, y a cuánto podría haberlas vendido si no hubiese abandonado. No es una opción abandonar.
Respecto a todo lo otro: francés va muy bien, si todo sigue así, termino segundo año con buenas notas. Igual música, pero música ya terminaría el 4to año. Y el año que viene terminaría tres cosas: el profesorado de inglés, francés y capacitación instrumental. Saben que abandoné flauta por mis problemas con los brackets y demás, pero prometí volver ni bien me opere.
Con este tema tengo unas inquietudes que aún no puedo sanar. Se las comparto, tal vez sepan aconsejarme: este año termino de cursar todas las materias de mi carrera. El año que viene me quedaría realizar solo la residencia y aprobar las materias regularizadas para recibirme. Pero el terminar de cursar me deja mucho tiempo libre, y… me quiero anotar a varias cosas. Hay una parte de mí que dice que es una oportunidad para anotarme a otro idioma (portugués o italiano) y comenzar el profesorado de francés, pero hay otra voz en mí que dice que es una excelente oportunidad para descansar y dedicarle el tiempo que se merecen los instrumentos. Hoy en día les dedico una hora diaria al piano y al cello, y es muy poco. Si uno quiere aprender a tocar bien bien, tiene que tocar de 3 a 6 horas diarias. Entonces no sé qué hacer. Hay algo en mí que me dice que si no inicio varias cosas el año que viene, me voy a sentir miserable. Ya no sé lo que es vivir sin esforzarme haciendo muchas cosas a la vez, y eso me preocupa ¿Qué opinan ustedes?
Bueno, si tengo que decir que tengo problemas con algo, eso sería mi peso. Desde que se me rompió la tele, ya no hago ejercicios (yo hacía bici fija todos los días viendo series/películas). No engordé, pero tampoco adelgacé, y estoy ahí, en el limbo al borde del sobrepeso (peso 66 kg y mido 1,65). Y ya que mencioné lo de la tele, la verdad es que varias veces me sentí fuera de la conversación por este problema. Extraño mucho ver series y películas. A veces mis compañeros hablan de series nuevas o anime de temporada, y me quedo afuera. No me gusta nada.
Pero como le comentaba a una amiga, voy a utilizar palabras inventadas de nena de jardín para explicar que aprendí que existe la “felicidad responsable” y la “felicidad divertida”. Toda mi vida elegí “la felicidad divertida” que consistía en cosas que amaba y me hacían felices en el momento, como ver una serie o comer demás. La felicidad responsable son esas cosas que trabajamos para cambiar una realidad y recibir una satisfacción permanente, como estudiar por ejemplo. Entre pagar una tele en cuotas y pagar la prepaga, decidí comenzar a pagar la prepaga. Es decir, puse la “felicidad responsable” por sobre la divertida. No subestimo ninguna de las dos, ambas son hermosas, pero desde que cree el blog aprendí a poner la primera por sobre la segunda cuando es requerido.
Para terminar, quiero comentar algo que esta fuera de lo interno y lo externo, algo que no sé cómo clasificar, y me cuesta mucho exponer porque me da vergüenza.
Siempre adoré todo lo que sea espiritual, e incluso una de mis primeras entradas hablaban de cómo me costaba aceptar la contradicción que se daba entre mi alma y mi rostro. Porque yo amo mi alma, mi esencia… y me dolía que mi rostro no la represente esa belleza que yo veía en mí. En fin, uno de mis objetivos ha sido siempre ser más espiritual. Estudiar más respecto a la meditación, los viajes astrales, etc. Pero incluso antes de eso, siempre he sentido una conexión muy fuerte con algo que no puedo explicar.
Una de esas “conexiones” que tuve las narré en esta entrada (click acá para leerla)… fue cuando vi a Fran por primera vez. Cito:
“Yo no sé cómo se lo explico, porque ni yo misma entiendo que pasó, pero les juro que fue de novela. Ni bien ingresé al aula, mirando al suelo como siempre, sentí un sacudón interior. Como si mi espíritu se alborotara. Levanté la mirada, como guiada por esa conexión, y lo vi… pero les juro que lo vi antes de mirarlo. Como si mi alma me obligara a percatarme de su presencia”.
Durante mucho tiempo intenté darle explicación a esa conexión. Pero debido a la sociedad en la que vivimos, cualquier evento que envuelva este tipo de sensaciones hacía otra persona, inmediatamente es tachado de romántico. Pero… yo no lo sentía romántico, y me sentía mal por ello. Porque no sabía que pasaba. A mí el encuentro con Fran me provocó que todo se de vuelta, que quiera cambiar mi vida. Cómo le explico a alguien que esa sensación no es romántica? Si incluso me llevó mucho tiempo a mí misma entenderlo. Se lo oculté a Juli durante todos estos años, porque sé que ella no entendería. Bah, sinceramente no sé si alguien pueda entenderlo. Solo se lo conté a dos personas, y pude captar en sus respuestas que no entendían qué quería decir. Voy a intentar explicáselo a ustedes.
Yo era como una de esas minas que quedan escondidas bajo tierra después de alguna guerra. Mientras todo se mantenga tranquilo, estaba en estado de inercia y nada podía hacerme mover. Pero el potencial estaba en mí. El encuentro con Fran fue como si alguien pisara esa mina, como si algo por fin me activara. El cambio, la epifanía de que no quería seguir viviendo la vida agachando la cabeza ocurrió ahí.
Fran me ponía muy nerviosa, porque demostraba interés en mí, y yo no entendía, y todavía no comprendo por qué. Cuando se fue, me pude sentir más tranquila… pero la mina ya se había activado. Yo ya era diferente.
Pero ese encuentro siempre me hizo mucho ruido. Fueron apenas 4 meses de cursar juntos (hace 5 o 6 años), y desde entonces no nos vimos nunca más. Por qué ese encuentro pudo cambiarme y los años de frustración/bullying no? Realmente sentía algo fuerte, pero no lo podía definir como romántico, y no entendía porque todo el mundo te dice que el amor romántico es lo más lindo y lo más fuerte que existe… y yo no lo creía así.
Había algo en mí que me decía que mi conexión con él no era algo terrenal. Y me daba vergüenza decirlo, porque él es lindo y yo me siento la protagonista de Misery contando estas cosas. Como una loca que imagina cosas.
Pero hubieron cosas que pasaron sin explicación alguna. Como por ejemplo, una vez estaba en mi habitación acostada estudiando, escuchando de fondo el noticiero de mi ciudad, y de la nada sentí la necesidad de levantarme a mirar la entrevista que estaban dando en la tele. Fue como si algo me llamara… me levanté como arrastrada por esa necesidad, y de la nada salió Fran en segundo plano por unos segundos. Quise llamarlo coincidencia pero no sé, fue muy raro.
Estas cosas me matan de vergüenza… pero lo quiero contar. Investigando encontré esto:
- Este tipo de alma gemela entra en tu vida cuando estás necesitando un cambio. Su propósito es sacudir las cosas. Ellos te desafían, te empujan y cambian tu perspectiva. Cuando te encuentres con tu alma gemela, te darán una nueva perspectiva y te harán pensar en tu vida y tus planes. Eventualmente, este tipo de personas tienden a desaparecer de tu vida cuando ya has cambiado. Pero habrás aprendido mucho sobre ti mismo a través de esta relación. Ya no tendrás miedo de salir de la caja o ir tras tus metas. La definición popular de Almas Gemelas es la siguiente: Tu Llama Gemela, a veces llamada Alma Gemela, es literalmente la otra mitad de tu alma. Cuando las almas fueron creados originalmente, contenían ambos atributos masculinos y femeninos. En algún momento, cada alma se dividió en gemelos masculinos y femeninos, cada uno completo en sí mismo, viviendo por separado para reunir la experiencia humana y de forma individual equilibrar sus aspectos femeninos y masculinos internos. Cuando te encuentras con tu llama gemela, es probable que sientas una profunda sensación de volver a casa, como si te hubieras encontrado a ti mismo solo que “mejor.” Mi opinión personal es que tu alma gemela no es otra persona en absoluto. Eres tú y ese sentido de regreso al hogar está despertando la comprensión de que tu alma estuvo dentro de ti todo el tiempo. Piénsalo de esta manera – nos gusta decir “Todos somos uno” sin pensar realmente lo que eso significa. Significa que hay solo uno y que tú lo eres. Esto es lo que Ram Dass tiene que decir sobre este tema.
Fuera de esto, hubieron más cosas que me confirmaron que mis sensaciones no eran románticas, como por ejemplo, hace unas semanas Juli se encontró con él y me mandó un mensaje diciendo “acá estoy con Fran y la novia”. Y yo no sentí nada malo, no sentí nada que debería de sentir si mi conexión fuese amorosa.
Más tarde, haciendo bromas sobre Yuno (la chica stalker loca de Fran), le dije a Juli en broma que debería subir la foto en la que estaba ella a un lado, él en el medio, y la novia del otro, y etiquetar a Yuno. Entonces ella me dijo “No era la novia al final, eran amigos, igual yo ya sabía”. Cuando le preguntó a qué se refería con el “Ya sabía”, me dijo que Fran no había tenido novia oficial nunca. Él es muy lindo y en mi ciudad no hay muchos chicos lindos. Es decir, es casi imposible que un chico lindo llegue a los 25 años sin novia. Adentrándonos más en la conversación, Juli me dijo que incluso sospechaba que era virgen. Yo no puedo creer eso, no porque no creo que sea posible, sino porque… no sé, es difícil. Pero Juli habla mucho más con él, porque yo siempre le contesto con monosílabos… así que mucho no sé. Tampoco puedo sacar demasiada información porque siempre tengo miedo de que Juli sospeche algo.
Según ella, no está segura si es asexual o si es demasiado inseguro. Él fue gordo y tenía acné durante mucho tiempo, y le dijo que aun hoy eso le impedía hacer muchas cosas. Y no sé, son cosas muy raras. Siento que no me estoy explicando bien… Pero para que ambos lleguemos a esta edad siendo vírgenes, es demasiado raro hoy en día.
Son muchas cosas para seguir investigando por mí misma. Lo único que pido, es no encontrarme con él hasta después de la cirugía. Si por alguna razón nos encontramos, aunque sea de coincidencia, sería algo desastroso para mí, y no sé cómo me recuperaría de eso.
Aun quedan muchas cosas por arreglar, como mi pánico a las fotos, mis nulas ganas de arreglarme cuando salgo, mi ansiedad de encontrarme un conocido en la calle… pero pasito a pasito espero todo se vaya resolviendo. Antes de despedirme les dejo un fragmento de un libro que leí hace poco. (After dark de Murakami)

Gracias por leerme ♥♥
Nos leemos.